Todo gran evento nace de una chispa. En este caso, una chispa calva y brillante: Alejandro Chacón.
"Soy calvo por herencia, y ya cuando me casé, con 25 años, tenía que tapar lagunas en mi cabeza. Al final, después de tantos complejos, acepté lo inevitable. No era muy listo, y además, sin pelo. Así fui creciendo."
"Las circunstancias me llevaron a ser seleccionador catalán de veteranos. Y un año fuimos a Ocaña a jugar una competición nacional por autonomías. Éramos 50 jugadores. Y una de las fotos, que fue improvisada, mostraba a unos siete jugadores en círculo, vista desde arriba, enseñando su alopecia. Había que adivinar quién era quién."
"Me pareció una situación muy divertida. Y en ese recuerdo se me ocurrió hacer este torneo: Sin pelos en la cabeza ni en la lengua."
Y así fue como este homenaje a la calvicie, al buen humor y al ping-pong más desenfadado tomó forma. Alejandro, con su estilo directo, su amor por el deporte y su calva con carisma, da forma a uno de los torneos más entrañables (y brillantes) del año.